Es normal que tu niño pequeño tenga miedo. Al fin y al cabo, la ansiedad es una condición natural que nos ayuda a sobrellevar nuevas experiencias y a protegernos del peligro. Algunos niñitos temen cosas o situaciones muy específicas como los insectos, los perros, la oscuridad o los ruidos fuertes, como el de la aspiradora. A otros les asustan las situaciones nuevas o las personas desconocidas. La mayoría de estos miedos, puedes estar segura, irán desapareciendo poco a poco a medida que tu hijito se vaya sintiendo más seguro de sí mismo y de su entorno.
Lo que tú puedes hacer para calmar sus miedos
Las siguientes estrategias te ayudarán a hacer que tu hijito se sienta más seguro, pero no esperes que tu pequeño supere inmediatamente sus miedos. Pueden pasar varios meses, o incluso un año, hasta que tu niño logre vencer un temor. Mientras tanto, no te sorprendas si tu pequeño parece estar obsesionado con lo que más le asusta, dibujándolo, diciendo que sus muñequitos tienen miedo, o hablando sobre el tema sin cesar. Ésa es precisamente su manera de elaborar sus inquietudes.
No menosprecies sus miedos. Puede que te parezcan tontos o irracionales, pero para tu niño son temores muy reales y serios. Procura no reírte ni tratar de disminuir lo que él siente cuando se asuste ante, por ejemplo, el ruido de una sirena de ambulancia o la descarga de agua del inodoro. Asegúrale que tú también sabes lo que es sentir miedo, reconociendo su aprensión y hablándole de algo que te asusta a ti (“A mami no le gustan las montañas rusas”). Al sentir tu comprensión y apoyo, tu hijo aprenderá que tener miedo es normal y que es mejor enfrentarse al miedo que tratar de encubrirlo. Si tratas de convencer a tu pequeño de que no hay nada que temer, seguramente el tiro te saldrá por la culata. Lo único que lograrás es que se sienta aún más molesto si le dices algo como, “No te preocupes, no hay ningún motivo para tenerle miedo al perrito”. Lo mejor que puedes hacer es ofrecerle seguridad y confianza diciéndole tranquilamente: “Sé que el perrito te da miedo. Me puedes dar la mano y caminar a mi lado. Si no quieres, te puedo alzar en brazos”.